Se trata de uno de los sistemas más utilizados en toda clase de vehículos. Solo nos damos cuenta de su existencia cuando no lo tenemos. Pero, ¿cómo debe ser el uso del aire acondicionado en el coche? Vamos a aprovechar estas líneas para ofrecerte unas útiles recomendaciones. Esperamos que os sirvan para el futuro.
El verano es un momento de viajes y de calor. En un artículo anterior ya os acercamos una serie de consejos para los desplazamientos en coche durante el verano. ¿Qué hay que tener en cuenta para ir seguro por la carretera durante estas fechas? ¡No te lo pierdas!
En verano, además de kilómetros y kilómetros de carretera, tenemos que hacer frente al calor. Para ello, el climatizador o el aire acondicionado del coche es fundamental. ¿Eres capaz de imaginarte un viaje de 400 o 500 kilómetros sin él? Sería una odisea. El calor aumenta nuestra fatiga, ralentiza nuestras reacciones y, en definitiva, nos pone en peligro.
Como decimos, es un sistema clave en nuestro automóvil. Por eso, el uso del aire acondicionado en el coche ha de ser el adecuado para alargar su vida útil y también para sacarle el máximo partido. De hecho, siempre es conveniente llevar a cabo revisiones para valorar su estado y poder anticiparnos a cualquier problema.
Claves para un buen uso del aire acondicionado en el coche
Uno de los puntos más importantes para que nuestro aire acondicionado funcione adecuadamente es que los filtros estén en buen estado. Debes revisarlos y sustituirlos (si es el caso) una vez al año. Eso sí, siempre dependerá del uso que le demos a nuestro vehículo, dónde lo aparquemos o la zona en la que vivamos. Has de saber que un filtro saturado o gastado provocará una falta de caudal de aire y malos olores en el interior del habitáculo.
Para un perfecto uso del aire acondicionado en el coche también deberemos vigilar que las salidas de ventilación están en perfectas condiciones, ya que son zonas propensas a la acumulación de polvo.
Otra clave que nos gustaría que supieras: cuidado con el circuito interno. La mayoría de las averías en el aire acondicionado tienen lugar tras un tiempo parado y sin movimiento de aire por los conductos. Es ahí cuando aparecen obstrucciones y se reduce la eficacia. Es por ello que durante el invierno nunca está de más conectar el aire durante unos minutos para que no se pase muchos meses sin funcionar.