Una cuestión que siempre preocupa a los conductores, sobre todo a los noveles: ¿Cuándo cambiar los neumáticos de nuestro coche? ¿En qué momento hay que hacerlo? ¿Qué puntos hay que vigilar y que nos avisarán de que ya es hora de renovar las ruedas? En el siguiente post, vamos a darte las principales claves de este tema. ¡Esperamos que os sirva de ayuda!
Un primer apunte. Cuando conducimos, los únicos puntos de contacto entre nuestro automóvil y la carretera serán las ruedas. Solo por ello, su estado debería ser el ideal, ya que permitirá que nuestro coche reaccione a cualquier maniobra que realicemos al volante, ya sea acelerar, frenar, girar o detenernos.
Ahora bien, si te preguntas cuándo cambiar los neumáticos, la respuesta correcta es que hay que proceder cuando se desgasten, aunque esto dependerá de muchos factores, como el tipo de coche que tengamos o nuestro estilo de conducción.
En términos generales, se estima que los turismos convencionales tienen que cambiar las ruedas delanteras cada 40.000 kilómetros, mientras que las traseras se recomiendan hacerlo a los 60.000. Esto en cuanto a kilometraje. En lo que respecta al tiempo, se aconseja reemplazar nuestros neumáticos antes de que cumplan 8 años tras su fabricación. Esa fecha estará grabada en el lateral de la rueda.
Eso sí, ahora que sabes alguna norma general sobre cuándo cambiar los neumáticos, ten presente que la revisión de las mismas ha de hacerse de forma periódica, inspeccionándolos anualmente para poder detectar cualquier tipo de incidencia en ellos, por muy pequeña que esta sea. Un último consejo que os vamos a dar en este sentido. Te recomendamos que cambies las ruedas de tu coche, aunque su estado físico sea correcto, antes de los diez años.
¿Cómo saber si hay que cambiar los neumáticos?
La comprobación in situ es la mejor manera que tenemos para saber si nuestras ruedas presentan un buen aspecto o no. Si notas carencias, si ves que el dibujo es irregular o presenta un desgaste pronunciado, te recomendamos encarecidamente que las sustituyas sin más dilación.
Retrasar su cambio es, además, de un peligro para la conducción, afectando a la seguridad del conductor, los viajeros y también del resto de vehículos que circulen a nuestro alrededor.